1 de enero de 2013

          Descubriendo la cobardía, el arte de no actuar, del flujo mentiroso es cuando sientes la esperanza de olvidar, de permanecer.

          Se perciben las últimas gotas cayendo por esa copa, gotas del último whisky, para variar. Se entrenan los párpados para el aguante del grueso camino, y se presta ayuda a la inocencia como si de ella misma se tratase.

          Se entienden las persianas, cuando bajan, y todo se vuelve de color negro, un negro que esconde mil historias precipitadas e ilusorias.

          Se acarician las noches como si quedaran pocas por vivir, como si el ultimo aliento se escuchase. Se asesinan las miradas que buscan una maraña de osadía e incredulidad para enfrentarse al famoso olvido. Se advierten las sonrisas, puesto que escasas son las verdaderas, aquellas que vienen cargadas de modestia.

          A menudo se sienten los "ses", otras veces los vivimos de acuerdo al intrínseco inconsciente que perpetua en nuestro ser.

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